lunes, 24 de febrero de 2014

CADA DÍA

                Suena el despertador, María lanza su mano fuera de la cama para apagarlo, la luz del sol entrando por la ventana la despertó hace rato, pero le gusta quedarse un rato abrazada a su pareja. Finalmente apoya sus pies descalzos en el suelo  y se  levanta, se dirige al armario donde guarda la ropa, y se dispone a vestirse.
                Prepara el desayuno, se sienta en una silla frente al televisor apagado y desayuna leyendo las noticias en la tablet, cuando acaba deja los platos en el fregadero.
Visita obligada al váter, como cada mañana. Después, se mira en el espejo, mira en el mueble, saca unos cuantos trastos y se asea.
                Ya está frente a su gran mesa de trabajo. Se da la vuelta y saca de los armarios los utensilios que utilizará hoy.
                A la hora de la comida su pareja la sorprende con algo delicioso. Recogen la cocina y descansan un poco en el sofá mirando el televisor.
                Por la tarde vuelve a su mesa de trabajo, esta vez la comparte con su pareja. Utilizan los ordenadores hasta que cae el sol. Sentados en sus sillas trabajan compartiendo sus ideas y pensamientos.
                Esta noche tienen visita, serán 8 en total. Preparan una cena especial. Los fogones, el horno y el microondas no dan abasto y entre cubiertos y platos sucios el fregadero está a rebosar. La comida ya está preparada, recogen y limpian todo, y preparan la mesa y las sillas para sus comensales.  La velada ha sido estupenda. María y su pareja acompañan a sus amigos a la puerta, terminan de recoger los trastos que quedan por medio y se acuestan en la cama.
                Cada día se repite una rutina más o menos fija, que en ciertos instantes se intersectan con otras, se combinan o intercambian. Estas rutinas son flujos o ciclos, que no dependen exclusivamente del tiempo, aunque nos sirva de guía para identificarlos muchas veces. Los flujos, dentro de la ciudad generan una serie de movimientos, desde los más perceptibles como las personas o los vehículos circulando por ella, a los que tienes que acercarte para detectarlos, un árbol caducifolio al que se le secan las hojas, caen al suelo, se descomponen y sirven de nutriente que contribuirán en el crecimiento del nuevo follaje del árbol; o los que no se ven si no miras desde lejos.
                Estos movimientos definen espacios, y del mismo modo que lo hacen en la ciudad, también sucede a mayor y menor escala, como en un país en el que diferenciamos espacios habitados y no. Dentro de una vivienda estos flujos deberían definir su funcionamiento, variar según ellos.
                Durante la vida útil de una casa, los flujos que en ella habitan suelen variar, y cuando la casa no es capaz de variar para adaptarse a ellos deja de funcionar, ya no es útil.
                

2 comentarios:

  1. Hola Tatiana.
    En mi opinión describes la rutina de una arquitecta como la de cualquier persona que tiene un trabajo en una oficina, o es funcionario. Creo que la vida de un arquitecto tiene mucho más altibajos, unos días se levantará tardísimo porque han entregado un concurso a altas horas de la madrugada. Otros días no desayunarán porque llegarán tarde a una conferencia. Y asi hasta un sinfín de variables que alteran la rutina de un arquitecto.
    Me ha gustado mucho que llegas a analizar un número considerable de agentes que intervienen en esa rutina, aunque puede que lo hayas centrado mucho en el mobiliario de su vivienda, y no te hayas dejado agentes como la humedad o la temperatura de esa vivienda, por ejemplarizar.
    Estoy de acuerdo con lo que afirmas de que ‘’los flujos se intersectan’’ en el sentido de que no son estáticos, si no que continuamente cambian, se transforman según los eventos en la vid diaria de María y Víctor.

    Un abrazo,
    Juanmi Tórtola

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    1. Buenas.
      Lo primero, estoy totalmente de acuerdo en que la rutina diaria de María no tiene por que ser así, pero intentaba reflejar un día en concreto, para que se viera cuantos agentes pueden actuar en ella, y te doy la razón en que he dejado de lado algo importante como son los agentes que se perciben de forma distinta a la vista.
      Los altibajos a los que te refieres es lo que intento definir con los cambios de los flujos, por eso no he hecho más hincapié en el tema.

      Gracias por tu comentario.

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